Muchos imaginan que los millonarios nacieron en la riqueza o que su fortuna fue producto de la suerte. Sin embargo, un estudio reciente demuestra que la mayoría siguió un camino estructurado: la universidad. La firma Ramsey Solutions, fundada por el reconocido experto en finanzas Dave Ramsey, analizó los perfiles de 10.000 de las personas más adineradas del mundo y descubrió que la educación superior fue un factor determinante en su éxito.
El informe, titulado The National Study of Millionaires: The American Dream is Alive and Available, revela datos sorprendentes sobre la formación académica de estos individuos. Entre los hallazgos más destacados, se encuentra que el 88% se graduó en la universidad y que más de la mitad (52%) continuó sus estudios con un máster o doctorado. Además, solo el 8% de los encuestados asistió a colegios privados, lo que sugiere que el mérito académico y la perseverancia jugaron un papel más relevante que el privilegio económico desde el inicio.
Las carreras que lideran el ranking
Según el estudio, estas son las cinco carreras más comunes entre los millonarios:
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Ingeniería – La capacidad para resolver problemas complejos y desarrollar soluciones innovadoras convierte a esta disciplina en una de las más valoradas en el mundo empresarial.
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Contaduría – El manejo preciso de las finanzas y la comprensión profunda de los mercados son habilidades clave para construir y mantener fortunas.
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Docencia – Aunque pueda sorprender, muchos millonarios provienen del ámbito educativo, donde desarrollaron habilidades de liderazgo y comunicación.
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Management (Administración de Empresas) – Esta carrera proporciona las herramientas necesarias para dirigir compañías y tomar decisiones estratégicas.
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Derecho – El conocimiento legal es fundamental en negocios, inversiones y gestión de patrimonios.
Más allá del título: la mentalidad que marca la diferencia
Si bien estas carreras son recurrentes entre los millonarios, el estudio también destaca que el éxito no depende únicamente del diploma. Factores como la disciplina, la capacidad de adaptación y la resistencia ante el fracaso fueron comunes en todos los casos analizados. Además, muchos de ellos combinaron sus estudios con emprendimientos paralelos, demostrando que la educación formal y la iniciativa personal pueden ir de la mano.
Otro dato revelador es que la mayoría no alcanzó la riqueza de la noche a la mañana. El 75% de los encuestados acumuló su fortuna de manera progresiva, a lo largo de décadas de trabajo constante. Esto desmitifica la idea de que el éxito económico es cuestión de suerte o herencia.
¿Qué universidades frecuentaron los millonarios?
Aunque el estudio no detalla instituciones específicas, sí confirma que la gran mayoría eligió universidades reconocidas por su excelencia académica. Sin embargo, lo más interesante es que muchos provienen de entornos modestos, demostrando que el acceso a educación de calidad, sumado al esfuerzo individual, puede romper barreras socioeconómicas.
En conclusión, el informe de Ramsey Solutions refuerza una idea clave: la riqueza no es solo cuestión de talento innato o circunstancias afortunadas. Detrás de la mayoría de las fortunas hay años de preparación, decisiones estratégicas y, sobre todo, la convicción de que el conocimiento es una inversión, no un gasto.