Inteligencia artificial para predecir la depresión posparto: un avance clave en salud mental materna

La llegada de un bebé suele pintarse como un momento de felicidad absoluta, pero para muchas personas —se estima que el 17% a nivel global— este periodo viene acompañado de un desafío invisible: la depresión posparto (DPP). Ahora, una herramienta de inteligencia artificial desarrollada en EE.UU. podría revolucionar su detección temprana. Publicado en el American Journal of Psychiatry y destacado por Nature, el modelo combina aprendizaje automático con historiales médicos para predecir qué personas tienen mayor riesgo de desarrollar este trastorno, permitiendo acciones preventivas.

Cómo funciona la herramienta

El sistema, creado por investigadores del Hospital General de Massachusetts, analizó datos de 29,000 pacientes que dieron a luz entre 2017 y 2022, incluyendo registros electrónicos y resultados de pruebas de depresión. Excluyó a quienes ya tenían antecedentes depresivos (un grupo de riesgo conocido) y logró identificar que el 30% de las personas etiquetadas como «alto riesgo» desarrollaron DPP.

«Si sabemos que alguien está en peligro, podemos implementar terapias o estrategias de manejo del estrés antes de que los síntomas empeoren», explica el psiquiatra Roy Perlis, coautor del estudio. Aunque reconoce limitaciones —como la necesidad de validar el modelo en poblaciones más diversas—, resalta su potencial para salvar vidas.

Depresión posparto: más allá de las madres

La DPP no es solo «tristeza postparto» (una condición leve que afecta al 80% de las madres y suele resolverse en dos semanas). Sus síntomas —ansiedad paralizante, fatiga extrema, desconexión con el bebé o pensamientos autolesivos— pueden aparecer durante el embarazo o hasta seis meses después del parto. Y aunque menos discutido, los padres primerizos también son vulnerables: estudios sugieren que hasta el 10% experimenta cuadros similares, ligados a cambios hormonales y estrés.

El futuro: prevención personalizada

El equipo trabaja ahora para integrar esta IA en entornos clínicos reales. «Queremos que sea útil no solo en papel, sino en consultorios y hospitales», afirma Perlis. El objetivo es que, al identificar riesgos con anticipación, los equipos médicos puedan ofrecer terapia cognitivo-conductual, grupos de apoyo o incluso ajustes farmacológicos de manera personalizada.

Este avance llega en un momento crítico: la OMS considera la salud mental materna una prioridad global, y herramientas como esta podrían reducir el estigma alrededor de la DPP, recordando que no es «falta de amor» por el bebé, sino una condición médica tratable.

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